Puesto que estando embarazada tiene que comer por dos, Natalie no se iba a quedar sin almuerzo pese al frío polar de Nueva York.
Ni corta ni perezosa debió coger todo el material de abrigo que tenía a mano, para tapar los ojos que mejor que unas Ray-Ban y como toque final pues llevar al prometido contigo para no comer sola.
El caso que con tanto abrigo y el bombo Natalie parece un muñeco de nieve.
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